
¡Lo había amado locamente!
¿Por qué se ama? ¿Por qué se ama? Cuán extraño es ver un solo ser en el mundo, tener un solo pensamiento en el cerebro, un solo deseo en el corazón y un solo nombre en los labios... un nombre que asciende continuamente, como el agua de un manantial, desde las profundidades del alma hasta los labios, un nombre que se repite una y otra vez, que se susurra incesantemente, en todas partes, como una plegaria.
Voy a contaros nuestra historia, ya que el amor sólo tiene una, que es siempre la misma. Lo conocí y viví de su ternura, de sus caricias, de sus palabras, en sus brazos, tan absolutamente envuelta, atada y absorbida por todo lo que procedía de él, que no me importaba ya si era de día o de noche, ni si estaba muerta o viva, en este nuestro antiguo mundo.